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Mundo laboral: Sólo 50% de las personas trabajan conforme a su formación

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) conjetura que sólo alrededor de la mitad de los trabajadores en el mundo ocupan puestos laborales que se corresponden con su nivel de educación. Hace la valoración a partir de datos suministrados por empleados encuestados en más de 130 países.

El relevamiento dirigido por Valentina Stoevska, estadista superior en el Departamento de Estadísticas del organismo especializado de las Naciones Unidas, que se ocupa de los asuntos relativos al trabajo y las relaciones laborales, señala que a pesar de los avances considerables en la mejora del acceso a la educación y el aumento del nivel educativo de las personas en todo el mundo, en términos generales, muchos trabajadores siguen teniendo una formación insuficiente para los trabajos que desempeñan, especialmente en los países de renta baja. Al mismo tiempo, muchas personas de los países de ingresos altos trabajan en empleos que requieren un nivel de educación inferior al que detentan.

La encuesta recogió testimonios de personas que manifestaron que sus labores habituales no se corresponden con su nivel de estudios; también, de empresarios que afirmaron tener dificultades para encontrar trabajadores con las competencias y las habilidades que necesitan para ampliar su negocio o su actividad productiva, e innovar con éxito.

TODOS PIERDEN

Para la OIT, tanto la infraeducación como la sobreeducación reflejan un uso inadecuado del capital humano y advierte que si los desajustes persisten en el tiempo, pueden suponer un costo económico y social para los trabajadores, los empleadores y la sociedad en su conjunto.

Stoevska plantea, además, que los trabajadores de los países con mayores ingresos tienen más posibilidades de ocupar puestos laborales acordes con su nivel de estudios. Así, por ejemplo, en los países de mayor renta, el 60 por ciento de los trabajadores se desempeñan en ocupaciones que están en consonancia con su nivel de instrucción, según el informe. El porcentaje se reduce al 52 por ciento en los de ingresos medios-altos y cae al 43 por ciento en los de renta media-baja. En tanto, en los de ingresos bajos, sólo uno de cada cuatro empleados ocupa un puesto de trabajo que se corresponde con los estudios alcanzados.

Otro apunte que se destaca en el trabajo: si bien la sobreeducación y la infraeducación se dan en todos los países relevados, de manera independiente de su nivel de ingresos, existen patrones diferentes para los distintos grupos de rentas de los países. La infraeducación –señala- es más común en los países de menor capacidad económica, mientras que la sobreeducación está más presente en los de mayores ingresos.

La experta en estadísticas plantea que la sobreeducación suele dar lugar a salarios más bajos, menor satisfacción en el trabajo, pérdida de motivación, mayor índice de búsqueda laboral, expectativas incumplidas y menor rendimiento de la inversión en educación. Mientras que la infraeducación puede impactar de manera negativa en la productividad, el crecimiento económico y la innovación.

“Muchos trabajadores infraeducados tienen dificultades para pasar de la economía informal a la formal, debido a la falta de cualificaciones formales requeridas para trabajos en el sector formal que son similares a los que realizan de manera informal”.Valentina Stoevska (OIT)

Stoevska también reconoce que la infraeducación puede impedir que los trabajadores pasen de las industrias mal pagadas a los empleos mejor remunerados del sector de los servicios y que hagan frente a los cambios provocados por los avances tecnológicos, la automatización y la digitalización. En consecuencia, los trabajadores con escasa instrucción corren un riesgo mayor de perder su empleo, especialmente durante una crisis.

Stoevska, graduada en Ciencias Económicas por la Universidad de Skopie, de Macedonia del Norte, pone énfasis en la posición de las mujeres en el mundo inconexo de la educación y el trabajo.

Así, asegura que las trabajadoras de los países de mayores ingresos tienen más chances de estar sobreeducadas que los hombres, mientras que las de los de renta baja detentan más probabilidades de estar infraeducadas.

Cuando se desagrega la información por sexo, se observa que tanto las mujeres como los hombres tienen dificultades para encontrar empleos que se correspondan con su formación. Sin embargo, mientras que en los países de renta alta no hay diferencias significativas entre las diversidades sexuales en cuanto al nivel de adecuación, las mujeres de los países de renta baja tienen menos probabilidades que los hombres de tener empleos que se correspondan con su nivel de formación.

Fuente: La Voz del Interior.