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En Córdoba, la importación vuelve a funcionar, pero a cuenta gotas

La comunicación A 7052 del Banco Central, emitida el jueves pasado, llevó un poco de alivio a los sectores importadores de Córdoba, aunque en realidad el dato más esperanzador se conoció después: en mayo la balanza comercial registró un superávit de 1.893 millones de dólares.

Si bien este saldo positivo se produjo por la depresión de las importaciones, para quienes necesitan de insumos industriales o bienes finales para comercializar la disponibilidad de dólares es la lucha de cada día.

Cristiano Rattazzi, presidente de FCA, puso de relieve este problema que ha llevado, por ejemplo, a un fuerte achicamiento en los stocks de automóviles provenientes de Brasil para todas las automotrices, durante una presentación en la Bolsa de Comercio de Córdoba.

Ese sector está sujeto a la vigencia del llamado flex, que compensa importaciones con exportaciones. Pero el vecino país, tras la devaluación del real, no está comprando casi nada en Argentina.

Eso, de paso, le pega en el ojo a Córdoba cuyas dos principales terminales (Fiat y Renault) producen con eje en aquel mercado.

Con las reservas en torno de los 8.900 millones, al BCRA no le queda otro camino más que escatimar las divisas y cerrar todos los grifos que puedan gotear billetes desde el mercado oficial de cambios ante la brecha entre el dólar oficial y el paralelo.

Antes, con dos comunicaciones (7030 y 7042) había mandado a los importadores a pagar con sus propios dólares y puso trabas y plazos para acceder al dólar bolsa, muy utilizado en estas operaciones. Es decir, el mercado de cambios estaba prácticamente cerrado.

Un lugar para pasar

Ahora, hay una puerta por la cual si la mercadería está embarcada o ese procedimiento se realiza desde el primero de julio, lo importadores tendrán a disposición hasta tres millones de dólares en el caso de los insumos médicos y el resto cae en el límite de un millón de dólares (originalmente era de 250 mil).

Esa suma, un millón, alcanza para las operaciones de la mayor parte de las pequeñas y medianas empresas de Córdoba, comenta César Oronel, titular del Centro de Despachantes de Aduana.

Pero hay otro frente que atender: “La aprobación de las licencias no automáticas va y viene. Hay semanas que aprueban y otras no. La Nación está llamando a las empresas asignándoles un cupo, pero sabemos de casos que aún situados por debajo del cupo, no salen”, señala.

La Unión Industrial de Córdoba (UIC) le llevó el tema al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, con la mira puesta en la situación de las automotrices, autopartistas y en algunos otros casos.

Kulfas dispuso que el subsecretario de Política y Gestión Comercial, Alejandro Barrios, entablara un vínculo directo con la entidad fabril para resolver las situaciones.

La gestión dio resultados porque comenzaron a autorizarse las licencias. Además de estas tres áreas por donde debe pasar la documentación, Banco Central, Afip e Industria, se agrega, claro, la propia Aduana que es la encargada de controlar que el embarque y la mercadería estén en regla. Son necesarios, por así decirlo, cuatro sellos.

Buena relación

“Todo lo que son insumos para la producción salen rápidos, la importación para consumo demora más”, explicó una fuente del ministerio de Producción provincial. “Hoy no tenemos importaciones pendientes, como sí había dos semanas atrás”, agregó el informante.

Sin embargo, a partir de la escasez de dólares, todo el universo del comercio exterior ha vuelto a depender de los pasillos de la burocracia. La luz verde a las Simi (las autorizaciones) depende de la Afip; las licencias de Kulfas y los dólares de la operación de la “canilla” por parte del BCRA.

La UIC trató el panorama también con el secretario de Industria nacional, Ariel Schale.

“Cuando no hay dólares, esto se termina transformando no en un problema de políticas generales sino en la resolución caso por caso”, comentó Marcelo Uribarren, presidente de esa entidad.

“Se fueron solucionando algunos inconvenientes, pero está clarísimo que habrá mayor disponibilidad si termina favorablemente la negociación con los bonistas”, entendió el directivo.

Seguimiento atento

Marcelo Olmedo, titular de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (Cacec) señaló que la entidad sigue de cerca la evolución del escenario.

Pagar las importaciones requiere de una intensa gestión financiera, aún para aquellas empresas que puedan contar con dólares, dijo. El universo de importadores locales es variado. Están los grandes, como las automotrices; los ligados a la producción agropecuaria, incluyendo maquinarias, la alimentación, el rubro médico y también los que comercializan bienes de consumo, como bicicletas y motos, o sus partes y piezas.

Según Rubén García, de la Cámara de Importadores de la República Argentina (Cira) los depósitos fiscales están atestados de mercadería que no se puede nacionalizar.

“Esto implica costos y pérdidas para los importadores lo que lleva a judicializar procesos”, afirmó. Puso de ejemplo el sector de los neumáticos (donde aparece una fuerte presión de fabricantes nacionales) “hace tres meses que no sale una licencia”, comentó.

Los distribuidores cordobeses, por ejemplo, tienen sus pedidos facturados pero desconocen cuándo comenzarán a llegar a las gomerías. Este escenario complica, por otro lado, la fijación de precios en aquellos rubros donde la importación está presente por el mayor costo de operar y por la incertidumbre sobre la disponibilidad de la mercadería.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior