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Jesús María 2017: la primera noche del festival del color y el coraje

A las 22.44, el presidente del festival de Jesús María, Nicolás Tottis, dio la autorización para el comienzo de la jineteada. “Muy buena suerte para toda su gente”, dijo antes de que don Pascual recorriera el campo de la doma con la Bandera Argentina y empezaran las primeras montas.

“Una guitarra empieza a tranquetear mientras la bandera del hombre que maneja el campo da vuelta con la bandera de la patria”, sonó por los parlantes y anticipó una “primera jornada de argentinidad”.

Esa fue la verdadera señal de largada de la edición 52ª del Festival de Doma y Folklore, que sorprendió por el escaso público, tanto en el anfiteatro como en los alrededores de la ciudad.

Los números oficiales hasta las 22 marcaron la tendencia: 53 abonos, 2.883 entradas para mayores y 496 para jubilados. En la noche gratuita para los niños, el número de venta era de 3.432.

Como cada año

Hasta ese momento, todo transcurrió como de costumbre: por la tarde, con el desfile y el acto en el Monumento al Jinete; por la noche, con las exhibiciones de a caballo y las coreografías argentinas interpretadas por una multitud de bailarines representando la música, las tradiciones y los bailes de toda la Argentina.

En ese momento, otra vez, el campo de la doma se convirtió en “la pista de baile más grande la Argentina”.

La noche siguió con el Himno Nacional Argentino interpretado por Patricia Sosa (la figura principal de la noche inaugural), la bienvenida y la bendición del presidente del festival; unos fuegos artificiales medidos, la arenga de Cristian Bazán y el trío de conductores, fueron el preludio para que finalmente los encordados de las guitarras y las décimas de los relatores, que con ingenio y rimas a veces caprichosas pintaron los cuadros de la primera noche y le dieron a Jesús María su señal de identidad.

Música, maestros

La música de la primera noche comenzó con Fran Salido, el cantante y compositor santiagueño que eligió La Yacu Chiri de Juan Carlos Carabajal y Elpidio Herrera para llevar el espíritu de la chacarera al festival de doma y folklore. Después de algunas montas que comenzaron religiosamente en el palenque 1, los Canticuénticos tendrían su debut en el escenario mayor.

Así como Piñón Fijo se convirtió en un abonado a la noche de reyes jesusmariense, los santafesinos fueron el regalo para los chicos. El grupo que se convirtió en un fenómeno extraordinario, interpretó clásicos como El mamboretá, El monstruo de la laguna, Bate con la cucharita o Quiero para mi. Sonidos bien argentinos y latinoamericanos llevaron encanto y color con una propuesta que entusiasmó a los más pequeños, antes de que aparezcan los Reyes en Jesús María.

Después de que los chicos bailaran, sería el turno de los grandes con La Cantada, el grupo jujeño que se hizo popular hace unos años con El Coya Dance y que grabó a mediados de 2016 su disco Carnavalito.

Número central

Pasadas las 12.30 largó el show de Patricia Sosa con una serie de éxitos de su larga carrera como Si bastasen un par de canciones y El mar más grande que hay.

Fue un número raro para una apertura de un festival folklórico tan tradicional como Jesús María, aunque su presencia no generó polémicas mediáticas como sí ocurrieron con Lali Espósito en la pasada edición.

Con un tibio arranque, Jesús María largó su edición 2017 confiado: tiene por delante varias noches, para las que se aseguró los nombres más populares y queridos de la Argentina: estarán Jorge Rojas y sus hermanos, el Chaqueño Palavecino, Los Tekis, Abel Pintos, Soledad, Jairo, Sergio Galleguillo o Los Manseros Santiagueños.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior

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