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Como en Ticino, el maní iluminará a Las Junturas

El apagón que sufrió todo el país el domingo 16 de junio fue una de las noticias del año, con repercusión mundial.

Durante esas horas, hubo una localidad y un cultivo que se produce casi en su totalidad en Córdoba que sobresalieron: en Ticino, ubicada a 193 kilómetros al sudeste de la Capital (departamento General San Martín), no se quedaron sin luz gracias a la planta de bioenergía de Lorenzati Ruetsch y Compañía, que se alimenta con cáscara de maní.

Ahora, en Las Junturas (a 110 kilómetros al sudeste, en el departamento Río Segundo) podrán hacer gala del mismo beneficio. Sucede que está a punto de comenzar a operar una usina de energía eléctrica, que funcionará también con desechos de este grano como principal fuente de biomasa.

La inversión, que rondó los dos millones de dólares, fue realizada por Embio Generación Las Junturas, una sociedad conformada por la firma local Maglione Hnos. y Emerald Resources, una firma especializada en energía con base en Buenos Aires.

Este fue uno de los proyectos adjudicados dentro de la ronda 2.0 del programa Renovar, que impulsa a las energías renovables.

El compromiso asumido con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) fue comenzar a entregar un máximo de potencia de 0,5 megavatios desde julio.

“Estamos iniciando las primeras pruebas para terminar de ajustar los detalles y la semana próxima poder comenzar a entregar energía al Sistema Argentino de Interconexión (Sadi)”, anticipó Nicolás Maglione, vicepresidente de Maglione Hnos.

Impacto

Las Junturas tiene alrededor de dos mil habitantes que consumen unos 0,4 megavatios de energía eléctrica a nivel domiciliario, que se extienden a 1,3 megas si se suma la demanda industrial. “Lo que hemos acordado con la cooperativa es que, si hay cortes de luz, al menos con esto van a poder garantizar el servicio para los hogares”, señaló Maglione.

La “materia prima” para generar energía es la cáscara de maní, como en Ticino, pero el empresario aclaró que no es la misma tecnología.

“Allí es una turbina a vapor que funciona a base del quemado de la biomasa. El nuestro, en cambio, es un horno gasificador que, en vez de extraer el calor para calentar una caldera, lo que hace es una combustión incompleta para sólo extraer gas de bajas calorías que se purifica, se enfría e ingresa a un motogenerador, que es el que genera la electricidad”, explicó.

Para entenderlo mejor: es como cuando se enciende el fuego para un asado. Lo que utilizarán en Las Junturas es el “humo” que van generando las brasas. En Ticino, el calor de las llamas.

Para movilizar los equipos, que fueron importados de India y de España, se necesitan unas seis mil toneladas anuales de biomasa. Alrededor de 60 por ciento será cáscara de maní que quede como residuo del proceso de secado y limpieza del cultivo en la planta de Maglione Hnos.

El resto se cubrirá con chalas compradas a otras maniseras, residuos de cosecha agrícola (tallos de soja, marlos de maíz) y pequeños trozos de madera.

“En nuestra zona, hay una gran industria del mueble, con fábricas en Colazo, en Matorrales, en Oliva, en Villa del Rosario. Sus residuos se pueden aprovechar. Más adelante, queremos hacer acuerdos con municipios para utilizar los restos de poda. La única limitante es que la humedad del producto tiene que ser menor al 10 por ciento y el tamaño debe ser bien pequeño, como el del juego Jenga”, explicó.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior