Policiales

Nos están tomando por boludos

Al ponerme a escribir esta nota, me viene a la mente la gran intervención del Negro Fontanarrosa en el Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en 2004, en Rosario. Fue algo quizás inesperado en ese contexto, porque Fontanarrosa se propuso hacer una defensa de las malas palabras. “¿Por qué son malas?”, se preguntaba. A veces, decía el Negro, nos permiten expresar cosas que no se pueden expresar con palabras más aceptables. Por ejemplo, no es lo mismo decir que alguien es un tonto o un zonzo que decir que es un boludo.

Me vino a la mente aquel discurso porque, al ponerme a escribir esta nota, lo primero que tuve ganas de decir fue que parece que nos están tomando de boludos. Así, sin florituras ni elegancias literarias. Sin poesía. Es un sentimiento muy crudo, pero seguramente hay muchas personas experimentando exactamente eso. Es algo que solemos pensar de los políticos, y todo lo que pasó en la última semana más bien confirma esa impresión.

Empezamos con el affaire de los cuadernos Gloria. ¿Qué nombre le vamos a poner? ¿Gloriagate? ¿Cuadernogate? Tal vez así, con ese aire casi nortemericano, nos sintamos un poco menos boludos. Estos cuadernos, que son casi un emblema de la escuela primaria, y que típicamente llevaban en la tapa una bandera argentina flameante, fueron una especie de diario íntimo para Oscar Centeno, ex chófer de Roberto Baratta. En ellos, aparentemente, detalla el funcionamiento de la red de corrupción kirchnerista.

Ya con esa historia alcanzaría para sentir que nos toman de boludos. Pero hay mucho más. Oyarbide, de pronto, en lugar de ser un juez de la nación, era un pobre cordero amenazado por los matones del kirchnerismo. José López, exsecretario de Obras Públicas, afirma que los casi 9 millones de dólares que dejó en un convento no eran suyos, sino de personas de la política de las que “no puede hablar”.

Otros que en su momento se la daban de grandes estadistas hoy dicen que desconocían lo que pasaba, como Abal Medina. O fans del modelo K, como Pablo Echarri, se dicen “impactados”. Y mientras tanto, siguen lloviendo a cántaros los arrepentidos.

Ya no se trata solo de los hechos de corrupción. Siempre tuvimos claro que estos existían. Es la forma en que los políticos, y muchos involucrados en ellos, salen a hablar como si los ciudadanos del país fueran inocentones que van a creerles todo. O sea, los tratan de boludos. Y quizás lo más insultante de todo es que piensen que eso puede funcionar.

Es así, no hay otra forma de expresarlo: nos toman por boludos. Es lo primero que piensa el ciudadano común cuando ve estas cosas. Pero no ocurre solo en estos casos alevosos. Cuando llega la factura de gas, o cuando suben los transportes, o cuando sigue aumentando la inflación, o cuando el gobierno afirma que, ahora sí, en unos meses todo va a mejorar, que el año que viene vamos a poder despegar… En todos esos casos también, parece que nos toman por boludos. Y ese sentimiento no hace otra cosa que alejar a la gente de la política.

El gobierno -como todos los gobiernos anteriores- cree que es mejor no dar malas noticias, para no afectar sus chances electorales. Por eso prefieren hablar de los cuadernos Gloria, y que la atención se distraiga del dólar a casi 30 pesos y la caída de los bonos. Pero, ¿de verdad creen que así la gente no se va a enterar? ¿O no se dan cuenta que, cada vez que hacen una profecía, y esto no se cumple, se va minando la confianza de la sociedad?

Lamentablemente, creo que la política argentina está muy lejos de pegar el salto necesario y establecer un nuevo pacto de confianza con sus representados. Sin hacer promesas vacías, haciéndose cargo de sus propios errores. Era una de las premisas macristas más preciadas, y una que no lograron mantener. Mientras no se produzca ese cambio, nos seguiremos llevando decepciones. Y sí, nos van a seguir tomando por boludos.

Eduardo Reina
mm

Eduardo Reina

Consultor especializado en Comunicación Institucional y Politica, Asuntos Públicos y Gubernamentales, Manejo de crisis y Relaciones con los Medios. Magister en Comunicación y Marketing Político. Universidad del Salvador, USAL, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2004. Postgraduate Business and Management. Universidad de California Ext. Berkeley, EEUU. Actual Presidente Tres Cuartos Comunicación y es Docente Universitario. Anteriormente fue Vicepresidente de Estudio de Comunicacion, multinacional española que figura entre las 10 empresas del ranking de Merger Market de empresas Europeas. www.eduardoreina.com