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«No me dejes morir, por favor»

El Departamento de Prensa de Bomberos Voluntarios publicó el emocionante encuentro entre el BV Matías Brusa y Juan Carlos Zabala, el sobreviviente al accidente del pasado domingo en la ruta nacional N° 158.

A continuación la publicación:

– “No me dejes morir por favor”
– “No te vas a morir, no te voy a dejar morir, te prometo que no te vas a morir. Aguanta viejo que ya te sacamos”

Estos son fragmentos del dialogo entre Juan Carlos Zabala y el Cabo 1º Matías Brusa.

El pasado domingo 26, un camión volcó en la ruta 158 y se cobraba la vida del conductor Cevero Fretes. Lamentablemente los accidentes de tránsito siguen ocurriendo y como en este caso con consecuencias fatales. Pero también con consecuencias positivas, como fue el rescate del otro pasajero del camión, Juan Carlos Zabala, quien hoy se encuentra evolucionando favorablemente esperando el alta médica.

Este accidente vehicular tomo trascendencia debido a algunas particularidades. Para lograr el rescate con vida de Juan Carlos, las dotaciones debieron trabajar durante más de dos horas y media, debido a que la estructura de la cabina quedo totalmente deformada y destruida. La posición de Juan Carlos entre los hierros era de casi imposible acceso; para que el lector lo pueda graficar, a Juan Carlos sólo se le podía ver la parte inferior de sus piernas y una pequeña parte de su brazo derecho, del cual había podido liberar su mano y con ella estrechar un vínculo eterno con la mano del Bombero que fue su auxiliador, el Cabo 1º B.V. Brusa, quien es para nosotros el “Colo Brusa.”

En el trágico escenario había Bomberos con 30 años de antigüedad en la actividad, Bomberos que conocen a la perfección las técnicas de socorrimo, las técnicas de rescate vehicular y el manejo de las herramientas de corte, y todos ellos manifestaron que jamás vieron a una persona aprisionada de tal forma, como lo estuvo Juan Carlos.

Camino al accidente, los jefes de dotaciones organizaron al personal determinando las funciones que ocuparía cada efectivo. Al llegar al lugar Brusa ocupó el puesto de auxiliador asistiendo a Juan Carlos durante todo el rescate.

Ellos no tenían contacto visual pero se tomaron de la mano y dialogaron en todo momento. Juan Carlos entre los hierros retorcidos y Matías con su cuerpo puesto debajo del montón de hierros y el frió de la banquina.

El rescate de Juan Carlos no fue fácil y los rescatistas debieron ir sorteando todas las dificultades que iban apareciendo con cada movimiento que realizaban. En varias oportunidades las estrategias debieron ser cambiadas debido a los dolores de Juan Carlos y para preservar la integridad de Matías, que estaba debajo de lo quedaba del camión. Cualquier error podía ser terrible para ambos.

En aquellos duros momentos, en el que Juan Carlos con su valentía reconoció que tenía miedo, le manifestó a quien era ya su amigo:
-“no me dejes morir por favor”
-“no te vas a morir, no te voy a dejar morir, te prometo que no te vas a morir. Aguanta viejo que ya te sacamos”

La noche se cerraba con el pasar de las horas y el frio tajante pasaba desapercibido, ya que el equipo de rescate no se dio por vencido ante la dificultad del caso y Juan Carlos menos.

Juan Carlos y el Colo jamás dejaron de dialogar durante todo el rescate. Juan Carlos en un momento decía no tener más aire y para hacer ahorro de este, la comunicación consistía en que Juan Carlos daba apretones de manos fuertes periódicamente para informar que estaba bien.

Juan Carlos afortunadamente salió y hoy espera ansioso el paso de las horas para irse a su casa. En el día de ayer volvimos a visitarlo y no deja de agradecer a Matías y a los demás Bomberos por la tarea que estos realizaron.

Juan Carlos con vos cortada por la emoción dijo que durante todos los días que le queden de vida va a agradecer a cada uno de los Bomberos que trabajaron en el rescate y le pide a Dios que bendiga a estos y a sus familias eternamente.

En cada intervención hay una dotación de Bomberos en el cual cada uno cumple una función esencial para que el trabajo sea exitoso. Es un trabajo en equipo en que cada integrante debe aportar para que el trabajo se realice.

Detrás de Matías y Juan Carlos había un grupo de Bomberos luchando contra los percances que aprecian, desde la manguera de combustible que se rompió y mojo a Juan Carlos y Matías con el riesgo que esto implica, como hasta las despiadadas hormigas coloradas que atacaron a Brusa cuando este se acostó sobre el hormiguero y tantos otros obstáculos.

Le toco a Matías desempeñar esa función en ese momento, pero nos llena de orgullo saber que cualquiera de nuestros voluntarios y voluntarias pueden realizar con profesionalismo cualquier tares que se le designe.

Para finalizar nos quedamos con la promesa que hizo Juan Carlos ayer: “cuando me recupere me voy a hacer Bombero Voluntario”.