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Los industriales cordobeses, con fuerte caída en la producción

La información oficial publicada durante los primeros meses del corriente año nos permite conocer la profundidad del menoscabo en el que se encuentra la actividad productiva en el país. La industria nacional cerró el 2018 cayendo 5 puntos porcentuales, acumulando un desplome de ocho meses seguidos, de acuerdo a relevamientos de Indec.

La caída de diciembre de 14,7% de la producción manufacturera por la recesión significa una disminución de la capacidad instalada fabril. Según cifras oficiales, las industrias trabajan a un nivel que está muy por debajo de su capacidad al cerrar el año pasado con una utilización del 56,6% de sus factores productivos, luego de bajar la capacidad instalada 7,4 puntos en diciembre en comparación con mismo mes del 2017. Este retroceso del potencial de producción de la industria pone al sector en una situación similar al que se encontraba en julio del 2002. En efecto, el sector manufacturero tiene casi un 45% de capacidad ociosa.

Los desequilibrios macroeconómicos, como así también el elevado costo financiero, el deterioro del salario, el achicamiento del Estado, la presión impositiva, el aumento de las retenciones a las exportaciones de bienes de origen industrial y el achicamiento del mercado interno, por mencionar algunas variables, son algunos de los factores que explican el desplome industrial. Una capacidad ociosa elevada y un deterioro de la expectativa de un crecimiento futuro pintan un escenario muy adverso para la industria manufacturera y, también, para el empleo; puesto que es la rama de actividad que más asalariados emplea en el sector privado.

La construcción, que es la segunda actividad de importancia en la contratación de trabajadores, también cayó en diciembre y viene de un mal año. Al respecto, la consultora Ecolatina advirtió que “las perspectivas no son muy alentadoras” para la actividad fabril en 2019, ya que estiman que, hasta mitad de año, el salario real no se recuperará y las tasas para financiarse continuarán elevadas.

Por su parte, Fate, la empresa argentina líder en fabricación y exportación de neumáticos, con una capacidad productiva que supera los cinco millones de neumáticos por año y exporta más de la mitad de su producción, tiene serias dificultades. La compañía del Grupo Madanes acusó el golpe producto del deterioro de la industria automotriz local, la apertura de las importaciones que se dio antes de la devaluación de mediados del año pasado que menoscabó la producción nacional y las dificultades para exportar a Brasil, producto de las retenciones a las exportaciones industriales, la recesión brasilera y el aumento de la importación de neumáticos asiáticos por parte de nuestro vecino del norte.

En consecuencia, Fate solicitó la apertura de un procedimiento preventivo de crisis y evalúa la posibilidad de despedir a unos 430 trabajadores. Por su parte, los datos conocidos el mes pasado son poco alentadores para la industria automotriz. Según reportó ADEFA (Asociación de Fábricas de Automotores), los autos producidos en enero presentan una caída interanual del 32,3% y de 27,7% en comparación con diciembre del año pasado. En otras palabras, se están produciendo 7.055 vehículos menos que en enero del 2018.

Otro sector que también acusó recibo de la crisis es la industria textil que cayó 18 puntos en diciembre pasado. Frente a la caída de la actividad, la marca de jeans Wrangler dejará de operar en el país, se prevé que desvincularán a lo largo del año a 200 empleados de la compañía. En 2017 ya habían cerrado una planta ubicada en la provincia de La Rioja.

La industria cordobesa en el ojo de la tormenta

Al ser Córdoba uno de los polos industriales más importantes del país, es de esperar un deterioro de la actividad productiva con repercusiones en el empleo. En un relevamiento hecho para la CIMCC (Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba), la consultora economic trends aduce que el 66% de las terminales automotrices consultadas en diciembre acusó disminución de las unidades vendidas, en comparación con el mismo período del 2017.

En consecuencia, la evolución de las ventas de las empresas autopartistas también fue a la baja, el 87% de las unidades productivas encuestadas de ese sector reconocieron caída en las ventas. Del mismo modo, el 82% de los fabricantes de maquinaria agrícola consultados avizoró retracción en las unidades comercializadas y en el sector agropartista las respuestas negativas respecto a las ventas fueron del 66%.

El sector cuyas unidades productivas encuestadas evidencian mayor porcentaje de respuestas positivas fue el mercado de reposición de agropartes, en donde el 56% de los casos muestran un aumento de las ventas en la comparación interanual. Puede interpretarse que el agro no está adquiriendo bienes de capital, sino que opta por reparar las maquinarias averiadas en lugar de cambiarlas por nuevas.

En el mismo sentido, la investigación publicada esta semana por la UIC (Unión Industrial de Córdoba), en donde analizan el estado de situación y expectativas de 324 unidades productivas localizadas en la capital y diferentes departamentos de la provincia, pinta un escenario adverso para la industria cordobesa. El 55% de los encuestados advirtió que su actividad disminuyó en enero en comparación interanual. Dentro de los que consideran que su actividad cayó, el 47% señala que su actividad disminuyó entre 21 y 50 puntos porcentuales.

Sobre las perspectivas para el 2019, cerca del cincuenta por ciento de los encuestados considera que el nivel de actividad caerá durante el primer trimestre de este año, mientras que el 34,7% proyecta un estancamiento, cifras similares a las obtenidas en la encuesta publicada en enero por la UIC.

La tendencia de los relevamientos de los industriales dicta que a medida que nos adentramos en el 2019, la expectativa negativa se incrementa y disminuye la fe en el crecimiento. Respecto a la dotación de personal, más de la mitad de las empresas cordobesas consultadas advierte que no tomará ninguna acción. Mientras que el 16% piensa reducir horas de trabajo, el 8% contempla la posibilidad de suspender jornadas y el 5% directamente reconoce que reducirá su plantilla de trabajadores para afrontar la recesión que perdura en los primeros meses del año.

Fuente: La Mañana. La Mañana