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Indec: una familia necesitó en febrero $27.500 para no caer en la pobreza

Los números de la inflación siguen en aumento en las últimas semanas, y febrero no fue la excepción. Según indicó este martes el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) una familia tipo (conformada por cuatro miembros) necesitó al menos $27.570,43 para no caer en el umbral de la pobreza. Este dato representa un 57,2% más que hace un año atrás.

La variación mensual de la canasta básica total (CBT) con respecto a enero pasado fue de 4,3%.

A su vez, la canasta básica alimentaria (CBA), que define el umbral de indigencia de la población, subió un 5,1%, y de esta forma alcanzó los $11.117,11. Se trata del ingreso mínimo que requiere una familia para dejar de ser indigente.

La pobreza sigue creciendo

El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer los últimos números de pobreza multidimensional. Los datos del informe resultan alarmantes y señalan que la pobreza multidimensional aumentó del 26,6% al 31,3%, entre 2017 al 2018. Esto implica que en la actualidad existen 12,7 millones de personas con carencias importantes.

El enfoque multidimensional del estudio realiza una medición sobre seis dimensiones de carencia humana, a diferencia de la medición del Indec que se basa en las necesidades de la población por ingreso.

Entre los indicadores se encuentran: la alimentación con indicadores de inseguridad alimentaria, sin cobertura de salud o sin acceso a la atención médica ni acceso a medicamentos; los servicios básicos, que incluyen los indicadores de conexión a red de agua corriente, a red cloacal y acceso a red de energía; la vivienda digna, que comprende hacinamiento, vivienda precaria y déficit de servicios santitarios; el medio ambiente que revela si hay población sin recolección de residuos, presencia de fábricas contaminantes y espejos de agua contaminada; los accesos educativos como ser inasistencia, rezago educativo en escuela media y en escuela primaria; el empleo y la seguridad social medidos como falta de afiliación al sistema de seguridad social y desempleo de larga duración.

En ese sentido, el análisis había un 16,7 por ciento de pobres estructurales y que en 2018 ese porcentaje creció al 18,6, mientras que los pobres no estructurales pasaron del 9,9% al 12,7%. Todo ello suma una pobreza multidimensional del 31,3% en el 2018.

El estudio destaca que la pobreza multidimensional por derechos sociales e ingresos ha experimentado un fuerte crecimiento en el actual contexto inflacionario y de estancamiento. El aumento se debe fundamentalmente a la caída en la pobreza por ingresos, por caída del salario, pérdida de empleo y mayor precarización laboral.

Asimismo, el último informe de la la UCA reveló además que la población con inseguridad alimentaria severa pasó del 6,2% en el tercer trimestre del 2017 al 7,9% en el mismo período del 2018. Por otra parte, la población con carencias en materia de atención médica, medicinas y alimentos pasó del 26,6% al 28,2 por ciento.

En otra de las carencias graves que mide la pobreza multidimensional del informe del Observatorio de la Deuda Social sostuvo que el nivel de desempleo e inseguridad social se agravó del 33,5% de la población al 34,3% el año pasado. También aumentó la cantidad de gente que en las zonas urbanas de la Argentina reside en viviendas precarias, en condiciones de hacinamiento o con déficits de servicios sanitarios y el porcentaje pasó del 26,6 al 27,1.

Fuente: La Mañana. La Mañana