Policiales

El gas, hasta 99% más caro que el invierno pasado

Si el de ayer fue un día difícil para el gobierno de Cambiemos en su defensa de la política de reducción de subsidios y ajustes tarifarios, lo que viene lo será más. Es que, si bien el grueso de los anuncios de aumentos ya pasó, ahora habrá que pagarlos.

Y lo más gravoso es el gas, porque este invierno habrá que pagar el aumento que se aplica desde el 1° de abril pasado, más el de diciembre, que, aunque ya está operativo, queda disimulado en las facturas del verano, dado que en esa estación el consumo de gas se reduce. De esta manera, las boletas de invierno contendrán dos aumentos acumulados, con lo que la suba va del 59,7 por ciento hasta el 99,6.

Por ejemplo, los usuarios de consumo moderado (los R3-1 y R3-2, que gastan entre 1.001 y 1.500 m3 anuales) tendrán una suba, comparando invierno contra invierno, del 72,9 por ciento. Aquí se ubican las familias que tienen dos calefactores, cocina y calefón, con un uso relativamente racional. Es que el m3 cúbico de gas, prorrateando el cargo fijo, pasó de 3,84 en abril de 2017 a 6,64 pesos desde este mes.

Para quienes consumen más, el aumento será del 76 por ciento (los R3-3, con consumos de entre 1.501 y 1.800 m3 anuales) y los que superan esa cantidad, pagarán 59,7 por ciento más.

En tanto, los aumentos entre quienes menos consumen son todavía más altos.

Una explicación es que fueron los más rezagados, porque los de mayor volumen tuvieron primero las subas más altas. Así, en el R1-1 y R2-1 (menos de 650 m3 anuales), la suba será del 97 por ciento, y un 98 por ciento entre los de 651 a 1.000 m3. Buena parte de estos usuarios son beneficiarios de la tarifa social: son jubilados, trabajadores o monotributistas que perciben como ingresos menos de 19 mil pesos y beneficiarios de planes sociales.

¿Por qué semejante salto? ¿Cuánto más queda? Después del fallido intento de aumentos de gas de 2016, que la Corte terminó abortando, en el Ministerio de Energía reconocen que el tema genera preocupación.

Pero remarcan una diferencia sustancial con lo que pasó aquel año: la temperatura. Las previsiones para este invierno, según los reportes del Servicio Meteorológico que maneja Ecogas para la zona centro, indican que el frío intenso llegará recién en junio. Si se logra sortear el otoño -las facturas de abril y mayo-, buena parte del cimbronazo se habrá esquivado. De hecho, estos días de abril cálidos contrastan con aquel frío abril de 2016.

La segunda razón que esgrimen es que el de este abril fue el último aumento “fuerte” de los que estaban programados en el sendero de normalización tarifaria que el ministro Juan José Aranguren planteó hasta 2020. Ese sendero tiene dos carriles de aumento: uno por el precio del gas en boca de pozo, que pasó de 3,77 dólares a 4,68 dólares el millón de BTU, y el otro, por la recomposición dada a las distribuidoras de gas. Para ellas, el aumento pedido en noviembre de 2016 se dividió en tres: 30 por ciento en abril de 2017, 40 por ciento en diciembre y 30 por ciento desde este mes. Queda poco: el residencial promedio tenía un subsidio del 73 por ciento y hoy tiene todavía un 15 por ciento subsidiado, pero ya se reconoció todo el aumento a las distribuidoras.

Ese atraso ya se subsanó y, desde ahora, los aumentos serán en función de la inflación mayorista. Las subas le permitieron a la distribuidora revertir en 2017 las pérdidas y, además, encarar un plan de inversiones por 5.200 millones de pesos hasta 2021.

No obstante, pese a estos precios, el consumidor todavía no está pagando lo que cuesta producir el gas, porque asume 4,68 dólares el millón de BTU cuando el costo de producción hoy es de 5,5 dólares. Esa brecha es la que se irá cerrando en los tres próximos aumentos que quedan hasta la “normalización tarifaria”: octubre de 2018, abril de 2019 y octubre de 2019.

Para ese entonces, se prevé un precio de 6,38 dólares, y a partir de allí podría bajar, si aumenta la producción local, impulsada por los mejores precios.

Hoy, Argentina le paga 5,6 dólares por millón de BTU a Bolivia, 8,5 dólares el gas natural licuado que llega en barcos y que se regasifica en el país y entre 13 y 14 dólares el que se destina a la producción de energía eléctrica. Según Aranguren, en los próximos dos años podría bajar el costo de producción local a cuatro dólares. Pero, claro, faltan todavía dos años, con suerte.

Más aumento a los que menos consumen

Las categorías R1-1 y R2-1 tienen subas de casi 100%.

Los incrementos más sustanciales por quita de subsidio se aplicaron antes en las categorías de mayor consumo. Ahora, impactarán más fuerte en los consumidores más moderados, que son los que usan menos de 650 m3 anuales y menos de 1.000 m3 anuales. En esos casos, las subas serán de 97 por ciento y de 98 por ciento.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior