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Arrancó con todo el Festival de Peñas en Villa María

Durante la jornada del viernes, Villa María se preparó para el festejo. La tarde cayó serena sobre la Costanera del río Ctalamochita, y aunque todos temían una tormenta, la gente comenzó a llegar lentamente al Anfiteatro para la primera noche.

Afuera, los lugareños acercaban sus sillas al festival gratuito que está apostado justo en frente de la entrada. Allí, muchos vieron el show desde la pantalla. Otros aprovecharon para hacer carteles o pasear por los distintos “stands” que promocionaban puntos turísticos.

De pronto, la fila de gente comenzó a hacerse larga ya que todos querían entrar antes de las 21.15, momento en el que el festival abre el telón para dar el puntapié inicial. “Ante la adversidad, hay que construir un esfuerzo mayor. Villa María es capaz de traer número internacional aunque nos pongan escollos. Queremos gritarle a la gente que la fiesta igual se hace”. Con esas palabras, el maestro de ceremonias Miguel Borsatto abrió el gran show.

El comienzo

Los primeros en aparecer fueron los bailarines de la agrupación local dándole vida a la Zamba de Baderrama y luego Cacho Buenaventura sorpresivamente con su clásico humor para darle la bienvenida a Fabricio Rodríguez, que jugó de local en el festival y tuvo el apoyo de sus coterráneos y del público en general. El villamariense arrancó con Eterno amor, siguió con Tilcara en carnaval y el tema Siguiendo la luna de los Fabulosos Cadillacs.

En el medio de lució con un solo de armónica, muy aplaudido por el público. El momento álgido fue cuando reversionó el clásico de Nino Bravo, Un beso y una flor. Para ese entonces el estadio estaba a un 60 por ciento de su capacidad, y no paraba de ingresar gente.

Soledad conoce el festival de Villa María como pocas. Ha estado presente en los años de su turbulento comienzo, estuvo en casi todas las ediciones de los últimos 20 años, fue maestra de ceremonias y el martes volverá a serlo, por una noche. Ella fue el número con el que abrió formalmente la 52ª edición del Festival de Peñas de Villa María, después de que el local Fabricio Rodríguez calentara el ambiente desde las 21. Los organizadores estimaron la concurrencia en unas 10 mil personas.

Soledad admitió que tocar en Villa María es difícil porque se “comparte escenario con figuras muy distintas” y que disfruta mucho la conducción del evento, por eso espera con ansias el 12, en el otro rol.

“La Sole” arrancó con el corte que lleva el nombre de su nuevo disco, La Gringa, y siguió con Todos somos pueblo. En el bloque central llegaron algunas chacareras como Somos nosotros y zambas como Todo igualito que vos. Inmediatamente invitó a Natalia Pastorutti al escenario para cantar juntas el tema Hermanas, una oda a su familia que relata las diferencias entre ellas. “Somos el agua y el aceite”, dijo “la Sole” y contó que ella se parece a su padre y Natalia a su madre.

En medio del show, la santafesina quiso hacer un paréntesis y cantar un tema con Pablo Cordero, un músico villamariense que se lució en el teclado haciendo a dúo la exquisita balada Ella y él (grabado en el disco de él).

Soledad y Pablo son viejos conocidos: se conocieron en La Voz Argentina, que ganó en 2012, y luego siguieron trabajando juntos. Para el cierre de un contundente show, volvieron las chacareras, el folklore y las canciones que la consagraron rlas últimas décadas.

Lerner

Lo de Alejandro Lerner fue un golpe directo al corazón porque tocó clásicos que se hicieron famosos gracias a la televisión como Juntos para siempre, Volver a empezar o Campeones de la vida, canción que le dedicó a todos los que buscan trabajo. Capítulo aparte mereció Algo de mí en tu corazón, un tema que la gente no esperaba encontrar en el repertorio y sin embargo agradeció que apareciera entre las canciones guardadas en ese baúl de recuerdos.

Uno de los temas más ovacionados del show homenaje a los 35 años de Todo a pulmón fue el tema Amarte así, una balada con más de 15 años de historia que todo el anfiteatro coreó. Después de la entrega por parte de la Municipalidad de un reconocimiento a la trayectoria llegó el bis final con la versión de Todo a pulmón cantada en conjunto desde las pantallas con Abel Pintos, Axel y Lali Espósito, entre otros.

El cierre con Montaner

Unos minutos antes de las 2 de la madrugada, las pantallas se desplegaron por completo con imágenes gigantescas y salió Ricardo Montaner junto a su también gigantesca banda con más de diez músicos en escena. Su set arrancó con La chica del ascensor tema del 89 que se hiciera luego popular gracias a la versión del Potro Rodrigo. Le siguió una exquisita interpretación de Será, un mega hit del año 91 y El poder de tu amor del 99. El show para el recuerdo también contó con el tema Castillo azul y el más nuevo Qué vas a hacer ahora.

Pero no todos fueron boleros porque luego llegó el momento de canciones como Vamos pa’ la conga y Soy feliz. Fue entonces cuando todos se levantaron de sus asientos a bailar hasta que volvieron los lentos como Bésame. Allí Montaner hizo el experimento de juntar a una chica yu n chico que no se conocían y los hizo pasar todo el tema mirándose hasta que finalmente se besaron y el público estalló en un aplauso. Me va a extrañar fue el momento culmine ya sobre final junto a los infaltables Tan enamorado, Déjame llorar y Llevarte a la cima del cielo. Con todos esos clásicos en sus bolsillos, los espectadores se fueron contentos a sus casas pasadas las 3.30 de la madrugada.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior